El pasado domingo 17 de mayo
celebramos la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, en su XLIX
edición. Esta es una oportunidad que la Iglesia ofrece para una reflexión sobre
el papel de la comunicación en la misión que ella realiza en el mundo.
El Papa Francisco ha centrado su
mensaje en la familia... pues, no debemos olvidar que la familia es el primer
lugar donde aprendemos a comunicar. En la familia se aprende a hablar la lengua
materna. En la familia se percibe que otros nos han precedido, y nos han puesto
en condiciones de existir y de poder, también nosotros, generar vida y hacer
algo bueno y hermoso. Podemos dar porque hemos recibido, y este círculo
virtuoso está en el corazón de la capacidad de la familia de comunicarse y de
comunicar; y, más en general, es el paradigma de toda comunicación.
Lo que nos hace entender en la
familia lo que es verdaderamente la comunicación como descubrimiento y
construcción de proximidades la capacidad de abrazarse, sostenerse,
acompañarse, descifrar las miradas y los silencios, reír y llorar juntos, entre
personas que no se han elegido y que, sin embargo, son tan importantes las unas
para las otras. Reducir las distancias, saliendo los unos al encuentro de los
otros y acogiéndose, es motivo de gratitud y alegría.
La familia es, más que ningún
otro, el lugar en el que, viviendo juntos la cotidianidad, se experimentan los
límites propios y ajenos, los pequeños y grandes problemas de la convivencia,
del ponerse de acuerdo. No existe la familia perfecta, pero no hay que tener
miedo a la imperfección, a la fragilidad, ni siquiera a los conflictos; hay que
aprender a afrontarlos de manera constructiva. Por eso, la familia en la que,
con los propios límites y pecados, todos se quieren, se convierte en una
escuela de perdón. El perdón es una dinámica de comunicación: una comunicación
que se desgasta, se rompe y que, mediante el arrepentimiento expresado y
acogido, se puede reanudar y acrecentar. Un niño que aprende en la familia a
escuchar a los demás, a hablar de modo respetuoso, expresando su propio punto
de vista sin negar el de los demás, será un constructor de diálogo y
reconciliación en la sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario