La Virgen del Nido
29 de mayo de 2015
Comunicar la familia
23 de mayo de 2015
El pasado domingo 17 de mayo
celebramos la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, en su XLIX
edición. Esta es una oportunidad que la Iglesia ofrece para una reflexión sobre
el papel de la comunicación en la misión que ella realiza en el mundo.
El Papa Francisco ha centrado su
mensaje en la familia... pues, no debemos olvidar que la familia es el primer
lugar donde aprendemos a comunicar. En la familia se aprende a hablar la lengua
materna. En la familia se percibe que otros nos han precedido, y nos han puesto
en condiciones de existir y de poder, también nosotros, generar vida y hacer
algo bueno y hermoso. Podemos dar porque hemos recibido, y este círculo
virtuoso está en el corazón de la capacidad de la familia de comunicarse y de
comunicar; y, más en general, es el paradigma de toda comunicación.
Lo que nos hace entender en la
familia lo que es verdaderamente la comunicación como descubrimiento y
construcción de proximidades la capacidad de abrazarse, sostenerse,
acompañarse, descifrar las miradas y los silencios, reír y llorar juntos, entre
personas que no se han elegido y que, sin embargo, son tan importantes las unas
para las otras. Reducir las distancias, saliendo los unos al encuentro de los
otros y acogiéndose, es motivo de gratitud y alegría.
La familia es, más que ningún
otro, el lugar en el que, viviendo juntos la cotidianidad, se experimentan los
límites propios y ajenos, los pequeños y grandes problemas de la convivencia,
del ponerse de acuerdo. No existe la familia perfecta, pero no hay que tener
miedo a la imperfección, a la fragilidad, ni siquiera a los conflictos; hay que
aprender a afrontarlos de manera constructiva. Por eso, la familia en la que,
con los propios límites y pecados, todos se quieren, se convierte en una
escuela de perdón. El perdón es una dinámica de comunicación: una comunicación
que se desgasta, se rompe y que, mediante el arrepentimiento expresado y
acogido, se puede reanudar y acrecentar. Un niño que aprende en la familia a
escuchar a los demás, a hablar de modo respetuoso, expresando su propio punto
de vista sin negar el de los demás, será un constructor de diálogo y
reconciliación en la sociedad.
Cómo calcular la Cuaresma, la Semana Santa y Pentecostés
22 de mayo de 2015
Los restos de San Isidoro pasaron por Palencia
15 de mayo de 2015
Propuestas
14 de mayo de 2015
La reciente Instrucción Pastoral
“Iglesia, servidora de los pobres”, aprobada por la Conferencia Episcopal Española...
debes leerla. Desde el principio hasta el final.
Porque es necesaria. Y porque se
entiende todo. Y porque... para que lo que en ella pone... se haga vida...
también tu haces falta. Y porque propone cosas concretas. Ocho propuestas
esperanzadoras desde la fe para vivir el compromiso caritativo, social y
político.
- Promover una actitud de renovación y
conversión, que nos identifique con Cristo y que salga al encuentro de los
pobres, siendo instrumentos para su liberación, promoción e integración en la
sociedad.
- Cultivar una espiritualidad que
impulse al compromiso social. Sólo el encuentro con el Amor de Dios, puede
transformar y purificar los corazones de los discípulos, cambiándolos de
egoístas y cobardes en generosos y valientes; de estrechos y calculadores, en
abiertos y desprendidos.
- Apoyarse en la fuerza transformadora
de la evangelización, porque el anuncio del Evangelio, fermento de libertad y
de fraternidad, ha ido acompañado siempre de la promoción humana y social de
aquellos a los que se anuncia.
- Como consecuencia de lo anterior,
profundizar en la dimensión evangelizadora de la caridad y de la acción social,
desde el testimonio personal y sin olvidar el anuncio explícito de Jesús.
Tenemos, además, el reto de ejercer una caridad más profética. No podemos
callar cuando no se reconocen ni respetan los derechos de las personas, cuando
se permite que los seres humanos no vivan con la dignidad que merecen.
- Promover el desarrollo integral de la
persona y afrontar las raíces de las pobrezas. Además de atender a las
necesidades más urgentes, el acompañamiento de las personas es la base de la
acción caritativa: No se trata sólo de asistir y dar desde fuera, sino de
participar en sus problemas y tratar de solucionarlos desde dentro.
- Defender la vida y la familia como
bienes sociales fundamentales.
- Afrontar el reto de una economía
inclusiva y de comunión. La reducción de las desigualdades debe ser uno de los
objetivos prioritarios de una sociedad que quiera poner a las personas, y
también a los pueblos, por delante de otros intereses.
- Fortalecer la animación comunitaria.
Es necesario que la comunidad cristiana sea el verdadero sujeto eclesial de la
caridad.
Y no tengo nada más que añadir. Me pongo a pensar qué es lo que puedo
-y debo- hacer yo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)