Las fiestas de las Candelas y la Purificación de la Virgen
30 de enero de 2015
La coronación de la Virgen de la Calle en el NODO
23 de enero de 2015
La Bella Desconocida
21 de enero de 2015
El origen de la devoción a Nuestra Señora de la Calle
16 de enero de 2015
Conmocionados
15 de enero de 2015
En estado de conmoción. Así
estamos. La brutalidad de la violencia fanática esta vez ha golpeado muy cerca
de nosotros. Lo sucedido en París no podemos quedarnos en definirlo como un
ataque contra la Libertad de Expresión. Que lo es. Al fanático no le gusta la
libertad de expresión. Pero tampoco le gusta la libertad de culto, ni la
libertad educativa, ni las libertades políticas, ni ninguna otra. Es un ataque
contra la LIBERTAD en general. Y no le gusta la Libertad ni en Occidente ni en
ningún otro sitio.
Se repite mucho que estos
criminales están en guerra contra nuestro modo de vida democrático y
occidental. Que esa es la “razón”. Y digo yo debemos superar esta visión
eurocéntrica de las cosas. El mundo es más “global” de lo que hubiéramos
imaginado. Las personas se mueven más de lo que habríamos previsto. Y las ideas
-las buenas y las malas- circulan a tal velocidad y con tal libertad... como
jamás habríamos soñado. Y somos un único cuerpo... lo que pase en cualquier
lugar del mundo... nos afecta. Y podremos blindarnos, y vigilar nuestras casas
y la del vecino. Protegernos. E incluso, cuando sea necesario... “matar un
perro”. Pero el que se crea que con ello “se acabó la rabia”... se equivoca.
Las alimañas que han golpeado en
París son las mismas que destrozan vidas y cercenan futuros en Siria, en
Pakistán, en Afganistán, en Irak, en Yemen, en Sudán, en Nigeria... y -cuando
pueden y como pueden- en Nueva York, en Londres, en Madrid, en Sidney...
Pero nos pasa como con el ébola.
Da para un par de telediarios si pasa en Liberia. Pero es noticia y nos
preocupa si el virus llega al Hospital Carlos III de Madrid. Pero esto es más
grave que un virus. Estos fanáticos planifican y ejecutan... en el sentido
literal. Y da para un par de telediarios si pasa en Siria... pero es noticia y
nos preocupa si pasa en París. Y no podemos seguir haciendo lo mismo y esperar
resultados diferentes. O enfrentamos y solucionamos los problemas de la
humanidad de una manera global. O no habrá solución.
Nada puede justificar un atentado
terrorista. Así lo ha dicho el presidente de la Conferencia de los Imanes de
Francia al considerar a las víctimas como verdaderos “mártires” y denunciando a
los terroristas diciendo: “Pero ¿de qué Profeta están hablando? No tenemos el
mismo profeta. Su profeta es el del odio y del horror”. Profetas del odio y el
horror a los que también se dirige el Papa Francisco: “Cualquiera que sea el
motivo, la violencia homicida es abominable, no se puede justificar nunca, hay
que garantizar y proteger con decisión la vida y la dignidad de todos, se debe
rechazar cualquier instigación al odio y cultivar el respeto por el otro”.
Y sigo con el Papa. El pasado 11
de enero bautizó a 33 niños y niñas en la Capilla Sixtina. Entre otras cosas
dijo: «Como un buen papá y una buena mamá, Dios quiere dar cosas buenas a sus
hijos. Y ¿qué cosa es este alimento sustancioso que Dios nos da? Es su Palabra:
su Palabra nos hace crecer, nos hace producir buenos frutos en la vida, como la
lluvia y la nieve hacen bien a la tierra y la hacen fecunda».
Y estoy convencido que este es el
deseo de todos los padres creyentes, de los buenos creyentes... en uno u otro
Dios. Cosas buenas para sus hijos. No la muerte, el horror y la destrucción.
La Virgen de Valvanera y la de Montserrat en Palencia
9 de enero de 2015
Queridos Reyes Magos
3 de enero de 2015
Queridos Reyes Magos de
Oriente... Don Melchor, Don Gaspar y Don Baltasar:
Espero que al recibir la presente
estén Ustedes bien, a.D.g., y ya tengan casi todo preparado para la noche del 5
de enero. Por aquí estamos bien... ilusionados con las Navidades. Las calles ya
llevan un tiempo iluminadas, ya hemos visitado muchos belenes... y escribiendo
las cartas con nuestra peticiones.
Yo, personalmente, creo que he
sido bastante bueno y me he portado bien en el año que finaliza. Creo recordar
que la mayoría de las noches de este año que finaliza me he dormido con la
conciencia bastante tranquila... y eso es buena señal. Pero no quiero pedirles
nada para mí. Tráiganme ustedes lo que consideren oportuno o justo. Ya les
muestro mi agradecimiento de antemano.
Pero, les cuento... que resulta
que el otro día estaba yo trabajando... y escuché voces en el patio del Palacio
Episcopal. Y asomé a la ventana y me encontré a un buen grupo de pequeñines. Se
habían acercado desde un vecino colegio... el Blas Sierra... a ver el Museo
Diocesano. Ahí les tienen... bien abrigaditos porque hacía frío. Me han dicho
que se lo pasaron muy bien.
Como les decía antes... no quiero
pedirles nada para mí. Mejor... les pido a ustedes unas cuantas cosas para
estos “minúsculos”... y para todos los que son como ellos.
Me gustaría pedirles, en primer
lugar... que sean felices. Que en su vida noten con mucha intensidad el amor de
los que les rodean. De sus padres, de sus abuelos, de sus tíos, de su familia,
de sus vecinos... de toda la gente que les conoce... y de la gente que ni sabe
quiénes son.
Me gustaría pedirle que no les
falte nada de lo básico. Que en sus casas no falte el alimento, el vestido, el
calzado, la calefacción, el agua y la luz. Que a sus padres no les falte el
trabajo... No les pido que les sobre, pero no me gustaría que les faltase.
También quiero pedirles que en su
vida haya lugar para la educación y para el juego. Que jueguen mucho, pero
mucho mucho... y que aprendan mucho. Que sus maestros y maestras sigan viviendo
su trabajo con ilusión y vocación. Y que les enseñen lo que es importante en la
vida... y para la vida. Bueno... esto también me gustaría que se lo enseñasen
en casa.
Y también me gustaría pedirles
que los mayores hiciéramos que el mundo en el que están creciendo sea cada vez
más humano. Que a ello nos ocupemos todos... desde el que tiene mucha
responsabilidad... hasta el anónimo que nadie conoce. Me gustaría que
pensáramos todos más en los demás y menos en nosotros mismos.
Y una última cosa. No sé si estos
pequeñines van son amigos del Niño Jesús. También el pido que en el colegio, en
casa o en la catequesis descubran que la amistad del pequeño nacido en Belén...
es el mejor regalo que pueden recibir. Que la cuiden, que la hagan crecer, que
la conserven, que la hagan llegar a otros amigos...
Y nada más... que para la noche
del 5 de enero dejaré preparadas unas pastas, un poco de café con leche y agua
para los camellos.
Y que les quiero mucho. Y que
espero su llegada.
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