Entre todas las preguntas que podemos hacerle a un niño, creo que no la hay más absurda, innecesaria y cruel que la de... “¿a quién quieres más? ¿A papá o mamá?” Pues bien habitual que es, y ya desde pequeños... nos habitúan a los “bandos”.
No me gusta el “blanco o negro”, el “conmigo o contra mi”, el “o por la derecha o por la izquierda”. Creo que hay muchos caminos, hay infinitas tonalidades de grises y de combinaciones de los colores básicos. Y en el abrir nuevos senderos, en la variedad, en el contraste... algunas veces en el “caos” y casi siempre en la “armonía” está la belleza.
Soy de la opinión de que nadie está en la posesión de la verdad absoluta. Creo que en las razones del que no piensa como yo... hay interpelaciones a mis razones. Creo que si pensamos de esta manera, difícil será que no lleguemos a acuerdos... en lo que sea.