«Hay una
bella definición que Cervantes pone en boca del Bachiller Carrasco haciendo el
elogio de la historia de Don Quijote: “Los niños la traen en las manos, los
jóvenes la leen, los adultos la entienden, los viejos la elogian”. Esta puede
ser para mí una buena definición de lo que son los clásicos”». Este párrafo que
acabas de leer no está sacado de ninguna revista de literatura, ni son palabras
de ningún Premio Cervantes. Tampoco pertenecen a una Tesis Doctoral sobre el
Quijote, ni las ha dicho un profesor de Lengua en un instituto. Son palabras
del Papa Francisco... en el reciente y famosa entrevista a la revista La
Civiltá Cattolica.
No podría
asegurarlo... pero me da en la nariz... que esta es la primera vez que una Papa
cita al más grande de nuestras letras. Este (pudiera ser) hecho “histórico” ha
pasado prácticamente desapercibido. Haciendo honor a la española costumbre de
colocar a la gente en estrechas etiquetas ideológicas... hemos estado más
preocupados de si el Papa era “de derechas” o “de izquierdas”.
Dicho lo
cual... las palabras del Papa me sugieren dos pensamientos.
- El
primero: Si el sucesor de Pedro nos recuerda y refiere a los clásicos... lo
mismo tenemos, nosotros también, que volver la vista a ellos. A los grandes
hombres y mujeres que nos precedieron. Quizás, por ejemplo en Cervantes - que
tan bien nos conocía- podamos encontrar pistas para distinguir si muchos de los
monstruos que nos acosan... son molinos o son gigantes. O tomar ejemplo del
buen consejo que daba Don Quijote a Sancho para gobernar la ínsula Barataria.
- El
segundo. Ese hilo que nos propone Don Miguel de Cervantes y que recoge el Papa
Francisco: “Niños... jóvenes... adultos... los viejos”. Qué bellamente escrito
y qué cierto.
Puede ser
que muchas de las cosas que nos pasan... sucedan porque se ha roto este hilo. Y
ya no distinguimos lo bueno de lo malo, lo decente de lo indecente, lo correcto
de lo equivocado.
Y puede ser
que, si lo recomponemos, casi todo sea más fácil... desde la transmisión de la
Fe... a la reconstrucción moral que tanto necesita nuestra sociedad. Nuestro
mundo.
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