El pasado 25
de noviembre, “celebrábamos” (por usar algún verbo) el Día Internacional de la
Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Una conmemoración que no debería
ser necesaria. Un motivo que no debería ser necesario recordar.
Según los
datos facilitados por el Sistema de Seguimiento Integral de Violencia de
Género. Ministerio del Interior, en lo que llevamos de año, en nuestra
provincia 123 mujeres han dado un paso adelante y han denunciado el drama que
viven a diario. Alguien podrá decir que estas cifras “no son tan malas” ya que
durante el año 2011 fueron un total de 169 las denuncias presentadas. Pero
hacer esta lectura solo serviría para engañarnos.
Seguimos buscando y rebuscando las mil causas de esta
violencia. Las analizamos por activa y por pasiva... Pero no logramos rebajar
la cifra de mujeres muertas en un año, ni muchísimo menos la de mujeres
maltratadas.
Hay quien
apunta, incluso, que está reducción de las denuncias no significa que vayamos a
mejor... y que, desgraciadamente, hay mujeres que se ven abocadas a seguir
viviendo “en el infierno”. La crisis económica y la situación de dependencia
económica de muchas mujeres provocan que no denuncien casos de malos tratos por
parte de sus parejas, de quienes dependen.
En los
últimos cinco años, en toda España, casi 85.000 mujeres maltratadas han
renunciado a seguir el proceso judicial. Denunciaron a su agresor, pero luego
se echaron atrás. Ahora mismo... tres de cada diez víctimas dicen “no” a
continuar y airear el infierno de su casa en un juzgado.
85.000
mujeres son muchas mujeres. De estas... un 65 % tiene hijos menores de edad. Y
de estos menores... un 54,7 % han sufrido también directamente situaciones de
violencia.
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